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El Camino de Santiago es mucho más que una tradición milenaria. Se trata de una oportunidad para vivir una experiencia única y así conservar la ruta de peregrinación más antigua de Europa. No obstante, se requiere de sentido común, civismo y concienciación para que el impacto sobre cualquier punto del trayecto jacobeo no sea negativo.

Mantener limpio el Camino de Santiago

Este punto es de los más importantes porque se está caminando por un patrimonio natural que es de todos que debe preservarse en el mejor estado posible. Se estima que cada año son más de 300.000 peregrinos los que transitan el camino. En muchas ocasiones se dejan marcas, pintadas, ofrendas, lazos, candados o pegatinas que estropean paredes, señales, árboles y mojones. Lo más importante y necesario es que el rastro quede marcado únicamente en la memoria y corazón del peregrino. Así, los residuos siempre se guardarán en una bolsa para tirar en lugar adecuado.

Ayudar

Cuidar los unos de los otros es fundamental porque ser peregrino también significa estar dispuesto a ayudar y ser ayudado. Tener respeto, mostrar compañerismo y escuchar son algunos de los aspectos que deben primar para ser un buen peregrino. La paciencia también hace falta porque las prisas nunca son buenas y mucho menos durante el Camino de Santiago.

Proteger la identidad

Lo más habitual es recorrer los últimos 100 km de alguna de las principales rutas jacobeas eligiendo Sarria, Tui u otras localidades como punto de partida. Es el Camino Francés el más transitado, pero existen más de 10 rutas oficiales. Por lo tanto, hay que tener claro que el Camino de Santiago es mucho más que la distancia mínima para obtener la compostela. Su historia, su arquitectura, su gente, su gastronomía, sus rincones…En cada detalle existe la esencia del camino.

El Año Xacobeo 2021 está a la vuelta de la esquina por lo que la masificación del Camino de Santiago será aún mayor. Si tienes pensado convertirte en nuevo o veterano peregrino no te olvides de verla por la sostenibilidad del entorno y cargar la mochila también de buenos valores.

Fuente: Vive Camino