Hace unos días, un perro llamado Fosco, que vive en Pontevedra, hizo un agujero en la verja de la finca de sus dueños y se plantó en el Camino Portugués. Se marchó por la ruta siguiendo a unos peregrinos que alertaron de que el can llevaba más de diez kilómetros con ellos.
Los dueños de Fosco recurrieron a las protectoras para que difundiesen el mensaje de que su perro había desaparecido. Y, en cuestión horas, la asociación Cadeliños de Barro les comunicó que Fosco estaba en este municipio. Cojeaba y estaba muy cansado, pero pudo abrazar de nuevo a sus dueños.
El problema es que el caso de este perrito no es aislado. Protectoras y servicios de emergencia alertan de que todos los días se pierden perros que se marchan siguiendo a los peregrinos. Indican que se trata de un problema en auge en el Camino de Santiago y de que no todos los casos acaban bien. Así que lanzan un mensaje claro: «Peregrino, no llames a los perros y avisa pronto si ves que uno te está siguiendo».
Fuente: Ven a Galicia