Al hacer el Camino de Santiago se realiza un esfuerzo mayor al que hacemos en nuestra vida normal quemando más calorías. Tanto la comida como la ingesta de líquidos son un tema importante para que el peregrino tenga la suficiente energía que le permita ir afrontando sin contratiempos las etapas. No se trata de comer mucho o poco, sino lo necesario según las necesidades de la persona.
Se recomienda llevar en la mochila para emergencias o simplemente para llevar en la mochila por si nos entra la debilidad durante la caminata: frutos secos como nueces, higos, chocolate o un poco de pan con chorizo y queso. No menos primordial es beber agua, especialmente en verano. En casi todos los pueblos hay fuentes públicas o vecinos amables. Sin embargo, no está de más llevar una cantimplora-termo o botella pequeña que se pueda rellenar para evitar encontrarnos sin agua cuando tengamos sed.
En Galicia es fácil comer bien y variado gracias a su buena gastronomía. Es muy frecuente que los restaurantes en Galicia incorporen en su carta el “menú del peregrino” con un precio asequible y con platos típicos de la zona. Así los caminantes pueden reponer fuerzas a la vez que prueban los sabrosos y variados productos gallegos.
Fuente: caminosantiago.org