Las flechas amarillas son el símbolo más importante a la hora de señalizar las rutas del Camino de Santiago. Todos los peregrinos siguen estas flechas sin saber en muchos casos de dónde procede esta costumbre. No se trata de una tradición antigua con muchos siglos de historia, ya que empezaron a verse en el año 1984.
El impulsor es el párroco Elías Valiña es el responsable de instaurar esta forma de señalización del Camino de Santiago. Desde Francia hasta Santiago de Compostela consiguió colocar las flechas amarillas con ayuda de asociaciones de Amigos del Camino. También se le atribuyen trabajos de limpieza y recuperación de tramos perdidos de la ruta ya en Galicia, así como el impulso de la restauración del poblado histórico de O Cebreiro en donde era sacerdote.
Valiña nació en Sarria en el 1929, se licenció en Derecho Canónico por la Universidad Pontificia de Comillas y se doctoró por la Universidad Pontificia de Salamanca. En 1985 fue nombrado comisario del Camino de Santiago durante el I Encuentro Xacobeo por su aportación a la ruta.
Sobre el por qué las flechas de señalización son amarillas hay una razón bastante lógica. El sacerdote compró pintura a bajo coste que sobraba de las obras de la carretera cuando se utilizaba este color en lugar del blanco habitual. En su Citröen llegó a Roncesvalles para ir haciendo paradas en todos los puntos del Camino Francés donde fuese fácil perderse. Décadas atrás era algo muy común. Ahora hay que agradecerle la existencia de las flechas que guían a tantos y tantos peregrinos cada año.
Fuente: Vive Camino