Desde Oviedo a hasta Santiago, el relato de las peregrinaciones a la tumba del apóstol Santiago está escrito en piedra. Monjes del camino cuentan el paso de miles de hombres y mujeres que realizaron el trayecto siguiendo el camino de las estrellas. Y hoy vamos a hablar de el primer peregrino.
La memoria de ese largo viaje está escrita también en las historias que se han ido contando y escribiendo con el pasar del tiempo. Reales o inventadas, su testimonio perdura y recordar algunas de ellas acompaña a quien hoy emprende el camino desde cualquier parte del mundo.
Realidad y ficción se dan la mano en el origen del Camino. Así se llega al punto de partida: el kilómetro 0, que se sitúa en Oviedo. Se dice que el primer peregrino oficial fue el Rey Alfonso II El Casto.
Una madrugada del año 813, tras la misa en la ermita de San Fiz de Solorio se vio iluminarse las estrellas del cielo sobre una colina. Después de notificar tal suceso al obispo Teodomiro. En el lugar señalado de la colina se abrió una cueva. En el interior de ésta se encontró un sepulcro de piedra que el prelado no dudó en identificar como el Arca Marmórica. De la cual se hablaba en el “Breviario de los Apóstoles”, un texto latino del siglo VI con la primera referencia de Santiago en Hispania.
Tras el hallazgo de los restos del apóstol Santiago, un emisor avisó al rey Alfonso II. Pero, al rey Alfonso II pareció no cogerlo del todo por sorpresa ya que, años atrás cuando usurpó el trono a Mauregato se había hecho eco de la presencia de Santiago en la península. A raíz de esto, decidió emprender su viaje para verlo con sus propios ojos.
Y tú, ¿Conocías esta historia?
Fuente: elcomercio.es